La canción La Muerte de Lino Zamora de Dominio Público se clasifica como una muy buena melodía que nos llega hasta lo más profundo de nuestro corazón y que demuestra el vasto talento de su creador, así que es ideal para disfrutar en compañía de tus seres queridos.
Y dice...
¡Pobre de Lino Zamora!
¡Ah qué suerte le ha tocado!
Que en el Real de Zacatecas
un torero lo ha matado.
Rosa, rosita, flor de Romero,
ya murió Lino Zamora:
¡Qué haremos de otro torero!
Al salir de Guanajuato
cuatro suspiros tiró,
en aquel cerro rosado
su corazón le avisó.
Rosa, rosita, Rosa peruana,
ya murió Lino Zamora:
la causa fue presciliana.
Y Lino le dijo a Braulio
que se fuera hasta Jerez,
que fuera a hacer la contrata
y que volviera otra vez.
Rosa, rosita, flor de alelía,
ya murió Lino Zamora,
pues así le convendría.
Cuando vino de Jerez
el jueves por la mañana,
le dijo Martín su hermano:
-Lino está con presciliana.
Rosa, rosita, flor de Granada,
ya murió Lino Zamora
por una mala tanteada.
El día catorce de agosto,
que era jueves, por la tarde,
se quedó Lino Zamora
revolcándose en su sangre.
Rosa, rosita, rosa morada,
ya murió Lino Zamora,
que fuera el primer espada.
En la calle de Tacuba
estaba Lino parado,
¡Aquí te vas a morir
y aquí te quedas tirado!
Rosa, rosita, flor de clavel,
ya murió Lino Zamora,
no lo volverás a ver.
Ese gracioso de Carmen
pronto lo agarró del brazo,
llegó el cobarde de Braulio
y al punto le dio un balazo.
Rosa, rosita, rosa morada,
ya murió Lino Zamora
por una mala tanteada.
Toda la gente decía:
-Pero hombre, ¿qué es lo que has hecho?
Lo mataste a traición,
no le hablaste por derecho.
Rosa, rosita, flor de romero,
ya murió Lino Zamora,
el padre de los toreros.
Lo tenía por buen amigo
y por su fiel compañero,
lo traía en su compañía
de primer banderillero.
Rosa, rosita, flor de clavel,
ya murió Lino Zamora,
Dios se haya dolido de él.
La traían por muy bonita,
echándose la de lado,
y era una infeliz mujer,
la presciliana Granado.
Rosa, rosita, flor matizada,
al toro siempre mataba
en la primera estocada.
La traían por muy bonita,
la traían por muy veloz,
la traían por muy honrada,
¡cómo mancornó a los dos!
Rosa, rosita, flor de alelía,
nunca culpes a ninguno,
pues así le convendría.
-De todos modos ya me despido,
porque la agonía ya entró,
que rueguen a Dios por mi alma,
eso le suplico yo.
Rosa, rosita, flor encarnada,
"para el final de mi vida
ya casi no falta nada".
Lloraba su pobre madre,
lloraba sin compasión,
de ver a su hijo querido,
que lo echaron al cajón.
Rosa, rosita, flor de clavel,
al enterrar a Zamora
no lo volverás a ver.
Lloraba su compañía,
lloraba sin compasión,
de ver a su capitán
que lo llevan al panteón.
Rosa, rosita, flor de Jericó,
su primer banderillero
de un balazo lo mató.
Ya con ésta me despido
con los rayos de la aurora,
aquí se acaban cantando
los recuerdos de Zamora.
Rosa, rosita, flor de Belén,
ya murió Lino Zamora:
Requiescat in pace, Amén.
Fin
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